Valoración de suelo pélvico

Hoy os queremos hablar de la importancia que tiene hacer una valoración de suelo pélvico antes de realizar una práctica deportiva, pero no sólo en mujeres que ya presentan sintomatología. Con la llegada de septiembre y los propósitos de cuidarse durante el nuevo curso, mucha gente se apunta al gimnasio y retoma las prácticas deportivas, pero antes de comenzar con ellas, sería interesante conocer el estado del suelo pélvico para poder decidir así, qué tipo de actividad física es la más interesante y si hay alguna que no esté recomendada o si hay que hacer un fortalecimiento de la musculatura pélvica ante de empezar dicha actividad.

 

Pero, ¿por qué debemos hacer una valoración de suelo pélvico si no tenemos síntomas?

Porque hay patologías del suelo pélvico que pueden ser asintomáticas, como por ejemplo, los prolapsos. Un prolapso es el descenso o la caída de un órgano de la cavidad pélvica, pudiendo en algunos casos llegar a salir si no se trata. Los órganos que pueden prolapsar a nivel de suelo pélvico son el útero, la vagina, la vejiga, la uretra o el recto. Existe tratamiento para los prolapsos, pero la solución es mucho más sencilla cuanto antes se trate. Los ejercicios de impacto son uno de los factores que hacen que estos prolapsos empeoren, por ello y teniendo en cuenta que en un grado inicial esta patología puede ser asintomática, lo más indicado es hacer una valoración del suelo pélvico previa a la práctica deportiva.

 

¿Y si ya han aparecido los síntomas?

Muchas mujeres padecen pequeñas pérdidas de orina ante la realización de esfuerzos. La publicidad de compresas nos hacen pensar que estas pérdidas de orina son completamente normales en mujeres de cierta edad, sobre todo, si ya han sido madres. Pero aunque se trate de algo muy habitual, la incontinencia urinaria no debe ser considerada como algo normal. Se trata de una disfunción del suelo pélvico y como tal, debería ser tratada. Las incontinencias pueden deberse a muchos factores, pero la mayoría de ellas se deben a una falta de tono en la musculatura, por hipermovilidad de la pared posterior de la uretra, por malos hábitos miccionales,… Esto puede provocar distintos tipos de incontinencia como son la de esfuerzo (al hacer un esfuerzo o actividad física no se activan correctamente los mecanismos de cierre), la incontinencia de urgencia (es una pérdida de orina involuntaria asociada a una necesidad imperiosa de orinar por una activación excesiva de un músculo llamado detrusor), o la incontinencia mixta (que es una mezcla de las dos anteriores, una excesiva activación del detrusor y un trastorno en los sistemas esfinterianos). Como hemos mencionado anteriormente, son disfunciones que se pueden tratar y se deben tratar, y cuanto antes, mejor. Muchas veces es suficiente con aprender una serie de ejercicios, higiene postural o hacer una gimnasia abdominal hipopresiva.

Nunca he hecho hipopresivos. ¿Quiere decir que tengo una debilidad del suelo pélvico?

No. El no haber hecho hipopresivos anteriormente no quiere decir que haya una hipotonía de la musculatura pélvica. Pero actividades cotidianas como toser, estornudar, reír, coger pesos, practicar deportes,… generan un aumento de la presión abdominal que a su vez empuja el contenido pélvico y abdominal hacia abajo ejerciendo presión sobre esta musculatura y debilitándola. Cuando somos jóvenes, debido al tono muscular de base y a la intervención hormonal, no suele haber problemas. Pero tras los embarazos y sobre todo con la llegada de la menopausia y la caída hormonal que esto supone, es cuando aparecen las incontinencias, más aún si esa musculatura esta previamente debilitada.

 

¿Por qué me puede ayudar la gimnasia abdominal hipopresiva?

Porque al realizar estos ejercicios, buscamos una activación refleja del a musculatura profunda del abdomen (el transverso del abdomen), junto con la musculatura del suelo pélvico, a la vez que inhibimos la acción del diafragma. Esto hace que se produzca un efecto de tipo «succión» activando fibras musculares de los músculos previamente citados, que con otro tipo de ejercicios no llegan a activarse. El objetivo principal de estos ejercicios es conseguir una reprogramación de esta musculatura, de manera que haya un aumento del tono muscular de reposo y que esta musculatura al estar más fuerte, sea capaz de soportar aumentos de presión puntuales (como los que se producen al toser, estornudar o reírnos).

 

Llevo tiempo haciendo hipopresivos y no veo ningún cambio. ¿Por qué?

Fíjate si tu cintura no ha disminuido desde que empezaste a hacer hipopresivos o si sigues notando flojo tu suelo pélvico. Puede ser que tu faja abdominal este desprogramada y no la estés activando correctamente al hacer los ejercicios. Es decir, puede que no los estés haciendo bien. Desde fuera puede parecer que la postura sea correcta y se esté haciendo bien el ejercicio, pero que no haya una co-activación a nivel interno. Por eso cuando venís a clase os tocamos el abdomen para verificar que se está produciendo esa activación. De ahí la importancia de realizar unas clases guiadas individuales o en grupos pequeños en las que se pueda valorar a cada uno de los participantes.

Si quieres más información sobre hipopresivos o tratamientos de suelo pélvico, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

 

 

 

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